Una yegüa disfruta de la montaña navarra y enamora a Mónica. Mónica me pide que lo abanique. Me brota el campo y escucho el correteo alegre de los cascos;
de la yegüa salvaje a la vaquita lechera,
de nombre Choncina, como mi tía Choni, que debío ser vaca en otra vida, o estará de ser, y que en su cabeza tiene prados verdes; lluvia, sol, vida.
Un delfín surca los mares hasta llegarse a la tierra de la Sú, Susana del espacio sideral, siempre con mariposas en tu vientre de amiga, siempre cuidando la huerta y mirando al mar;
del delfín en tierra a la familia de pinguinos,
emperadores del mar, caminantes de la nieve, único huevo, hembra que regresa a la mar, tareas compartidas, voz entre las voces, nidos errantes.
Gracias por ayudarme a crear, recrear, co-crear, mientras vuelven las golondrinas.